Plataforma Trianera,
mira qué pena,
ay, qué tormento.
me desespera
el Ayuntamiento.
ay, se la quieren cargar,
convertirla en laberinto
de zona peatonal.
Triana de los corrales,
Triana de la Velá,
vas a decir lo que vales
a quien te quiere matar.
Y Triana se levanta
de la Cava al Altozano,
y dicen diez mil gargantas
del arrabal soberano...
Dicen que es mucha Triana,
mucha fragua y mucho cante
para que no se levante,
al revés que el sevillano.
El que al otro lao del río
va y se conforma con tó,
y lo saben estos tíos
que buscan su destrucción.
Que a Sevilla los ciclistas
me la hicieron de carril
lo saben los socialistas,
lo sabe Monteseirín,
que se aguanta con las setas,
setas de la Encarnación,
y no manda a hacer puñetas
como Triana mandó
la bimba y la bicicleta,
la bicicleta y la bimba,
y al tío de la Cachimba,
la madre que lo parió.
Me preguntaba una vez que dónde empieza Triana y dónde acaban Los Remedios. No es por donde están la cocina gitana de Valapié, las bocas de la Isla de Mariscos Emilio y la estatua de Rodrigo de Triana, me parece que todavía con el dedo roto, el dedo que precisamente apuntaba a América. Triana empieza donde acaba la resignación tragona y cobardona de Los Remedios.
—¿Con Los Remedios se va a meter usted ahora, con la cantidad de lectores que tiene allí?
Con Los Remedios me meto, tras la protesta trianera. ¿Usted tiene noticia de que en Los Remedios, aunque esté agonizando, aunque le hayan hecho la jangá máxima de la calle Asunción, se haya levantado alguien, se hayan echado a la calle en manifestación? Cuatro carteles locos en siete balcones de la calle Asunción y cuatro comerciantes con valentía y vergüenza es lo que hubo, y pare usted de contar. El trabajito que les costó a los pocos que protestaban que la gente firmara en los pliegos... Y con la calle Asunción, claro, hicieron lo que quisieron. Ante el silencio del propio PP, que, claro, no va a protestar en nombre de sus votantes de Los Remedios, porque les van a decir que nada más que se ocupan de los barrios pijos, ellos sólo se ocupan de los bancos que faltan en Bellavista.
Y, en cambio, ahí tienen a Triana en pie, excepción que confirma la regla. En Sevilla, ya se sabe: No Passsa Nada, y así nos va. Menos mal que en Triana Sí Passsa Algo.
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